La esterilización de material de laboratorio es una de las partes más importantes en todo laboratorio. Este proceso, además de eliminar toda la suciedad, limpia cada una de las formas microbianas que puedan interferir en tus investigaciones. Así, los virus, bacterias, hongos y protozoos desaparecen una vez sometidos a este proceso.
La esterilización asegura que todos los productos, materiales, ropas, superficies y demás elementos utilizados en un laboratorio sean seguros, evitando de ese modo la contaminación de las pruebas que estés realizando. Por eso la esterilización del material de laboratorio es algo que no debemos dejar de lado. En el siguiente texto te hablaremos un poco más al respecto.
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Debemos entender que cada uno de los instrumentos de laboratorio, sin excepción alguna, son propensos a la contaminación por microorganismos. Ello no se debe permitir bajo ninguna circunstancia, sobre todo si se quieren utilizar de manera correcta, teniendo en cuenta las normativas sanitarias que se practican dentro de dichos espacios.
Antes de hablar de cómo esterilizar material del laboratorio debemos comprender algo: limpieza no es lo mismo que esterilización; son procesos que se pueden combinar pero cuyas características son diferentes. Cuando lavamos el instrumental, se puede eliminar la suciedad y la grasa, lo cual limitará el crecimiento microbiana y la contaminación de las pruebas con químicos.
Sin embargo, este proceso no es suficiente, sobre todo si hablamos de laboratorios de alto nivel como aquellos que encontramos en entornos académicos o industriales, donde las normas asépticas deben ser idóneas en cada uno de los procesos. Es aquí donde entra la esterilización, con la que se busca eliminar todo rastro de elementos químicos o biológicos.
Para saber cómo se debe conocer, de igual manera, los diferentes métodos de esterilización en laboratorio que existen, aquí te contamos algunos de ellos.
También llamada autoclave, este método ofrece una esterilización total utilizando vapor a altas temperaturas y se utiliza para limpiar, de manera profunda, todo tipo de equipo de laboratorio. El vapor se calienta entre 121 a 134°C y con una presión de 100 kPa. Esto garantiza una esterilización efectiva y sencilla.
Con la esterilización por calor seco se requiere temperaturas mucho más altas que al hacerlo con vapor, sobre todo porque el calor tarda un poco más en penetrar y destruir todos los microbios. Si quieres utilizar muestras como polvos este método será el más útil, ya que con el vapor este tipo de elementos se pueden dañar.
El método de filtración estéril es ideal para líquidos que se pueden dañar con el calor de los anteriores métodos. Consiste en un proceso rápido donde la solución se pasa a través de un filtro con diámetros de poro tan pequeños que no permiten que los microbios fluyan.
También se puede utilizar productos químicos que son sumamente efectivos para esterilizar muestras cuando los métodos por calor no son los más indicados. Este es el caso de las muestras biológicas, plásticos o incluso materiales electrónicos. Dichos materiales se exponen a altas concentraciones de gas reactivo, lo cual resulta bastante efectivo y es uno de los métodos más usados en las industrias y entornos académicos.
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